Con la misma arquitectura que los Soul 7, pero más anchos, son una auténtica maravilla para casi todo, porque incluso en pista son realmente divertidos salvo que la nieve esté como una piedra. Fuera pista su comportamiento es excepcional porque son muy fáciles de llevar, flotan, giran en nada y te permiten experimentar una sensación de control total. Frente a los Blizzard Bonafide (muy duros y más de tipo gigante, para correr), los DPS son una gozada en toda circunstancia. Yo estoy enamorado de ellos.

Muy reactivo y una auténtica cuchilla para carvear en giros cortos, aunque pierde estabilidad en los giros largos. Una delicia si el nivel es bueno, porque te escupe hacia la siguiente curva si le aprietas. Si sabes lo que quieres, es un esquí fantástico.

Bueno para todo en el Pirineo (magnifico en bosque y fuera pista si pesas poco). Su unico pero es en nieve dura, donde un esqui de slalom se agarra como un cuchillo, este se va de lado. Con nieve que no sea dura fumciona bien y es un perfecto all mountain. Y no se lo verás a nadie más, es un esquí que atrae miradas y comentarios si te gusta charlar en el telesilla. Gran polivalencia en Pirineo donde no suele haber powder (para nieves sueltas y profundas mejor patin mas ancho).

ES un mito en los 100mm de patín, pero ... uf, para el fuera pista que hay en Pirineos la verdad es que no me convenció. Aquí no hay grandes palas para dejarlos correr en plan gigante y creo que es más práctico y divertido un esquí tipo Rossignol Soul 7. El Bonafide, con nieve mala, condiciona los giros con sus colas. Eso sí, en pista y yendo rápido, es un tiro, muy buen esquí. Pero claro, para eso mejor menos patín.

En realidad tengo los Nanga Parbat de 2015, pero no salen en la lista. Ligerísimos y un placer subir con ellos. Bajando fuera pista con nieve mala son otra cosa porque en esas circunstancias casi ningún esquí ligero va fino, pero en pista agarran, tienen cotas y, si les aprietas, puedes carvear disfrutando muchísimo (aquí la limitación viene más por la bota).